José F. Sánchez. Valencia. Spain
PROTECCIÓN DE LA INTEGRIDAD GENITAL DEL MENOR
NECESIDAD URGENTE DE UN PROTOCOLO MUNDIAL PARA LA PROTECCIÓN DE LA INTEGRIDAD GENITAL DEL MENOR.
Por encima de las conductas individuales, qué duda cabe que las políticas sanitarias están expuestas, como buena parte de las obras humanas, a los mejores aciertos pero también a los más viciados sesgos. El costoso y laborioso funcionamiento de Organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud o la misma UNICEF, no ha producido, en este contexto resultado práctico alguno en cuanto a garantizar la integridad genital de los niños, sin discriminación alguna de sexo.
Mi fría percepción de los acontecimientos no me permite todavía congratularme lo más mínimo. Desde que mi pobre hijo de seis añs fue sometido por la fuerza a una circuncisión religiosa, el 15 de marzo del 2003 en Valencia, a manos de personal sanitario pero sin mi razón que la de cumplir con los dictados de un ceremonial ordenado por su madre, no hago sino investigar este espantoso fenómeno social de mutilaciones rituales de menores que se practican actualmente de forma habitual en todo el mundo, a plena luz del día, encubiertas con la coartada de una necesidad terapéutica.
Así he sabido que, para el caso concreto de los niños, en ninguno de los países que se tienen por civilizados, ni siquiera en los progresistas Estados nórdicos de Europa, tomados muchas veces como modelo, está prohibida explícita y terminantemente esta descomunal aberración de la tortura en serie en nombre de la tradición más lesiva y humillante.
De este modo, dejados a un lado por la denominada “discriminación positiva” para las nenas, todos los niños de familias musulmanas residentes en cualquier país del mundo, y no solo en el oscurantista Tercer Mundo, son, tarde o temprano, víctimas de aberrantes circuncisiones no médicas. Aún así, en ningún país del mundo, ninguna Comisión Deontológica de profesionales se ha pronunciado claramente al respecto condenándolas terminantemente, ni se ha realizado nunca inspección médica alguna de los escolares (niñas y niños) en lo que se refiere a detectar casos de mutilación genital.
No existe tampoco plan político ni institucional alguno que proponga ni disponga el control y la protección integral de la condición genital natural de la infancia ¿cómo se puede pavonear Europa entonces de disponer de un pomposo Programa Daphne con partidas presupuestarias dedicadas a charlas, folletos e intercambios culturales al respecto? Como diría Bart Simpson, uno de los modelos de mi hijo… ¡patético!
¿Futuro? ¿cuál de todos? ¿el real o el ideal? Estoy por hacerme punky. Basta de circuncisiones rituales de menores. Denunciemos a quienes las perpetran y a todos sus colaboradores y encubridores, incluidos aquellos que, por indolencia, confusión o tibieza moral, no se pronuncian al respecto, por muy poderosos que sean. Propugnemos planes eficaces para salvaguardar la integridad genital de la infancia como colectivo, no sólo la de las niñas.
Ilustración gráfica de este escrito
José F. Sánchez. Valencia. Spain.