Cómo evitar desgarros y episiotomías

Presentado con revisiones en NotJustSkin.org con la autorización del autor contribuyente: Rachel Silber,
educadora de parto y doula cualificada (acreditada por DONA, una asociación de doulas de Norteamérica), doula de postparto y educadora de la lactancia.
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Introducción

En esta página usted puede encontrar información sobre cómo las mujeres pueden evitar los desgarres vaginales durante el parto.

Una episiotomía es un corte en la vagina. Las episiotomías se conocen como un método preventivo contra el desgarre vaginal durante el parto; sin embargo, ninguna investigación ha demostrado su efectividad. Recientes estudios confirman lo que enfermeras y educadores sugirieron durante años: esta intervención es dañina, sin importar si se hace para evitar un desgarre o no. Una episiotomía es, en la mayoría de los casos, peor que un desgarre natural. Los desgarres más graves casi siempre son a causa de una episiotomía.

El resto de la información que encontrará en esta página versará sobre cómo evitar que las mujeres sufran desgarres vaginales durante el parto.

Elección de matrona y lugar de nacimiento

  • Doula: Contratar una doula (madres que apoyan psicológicamente a mujeres en el momento del parto) puede ayudar a evitar una episiotomía, especialmente si se planea un nacimiento en el hospital. Según las investigaciones, gracias a la ayuda de una doula se evita la anestesia epidural en un 60% de los casos, mientras que se reduce en un 40% el parto vaginal con fórceps; ambos procedimientos son los mayores contribuyentes a la gran cantidad de episiotomías.
  • Matrona: Los partos asistidos por matronas en lugar de obstetras resultan en los índices más bajos de incidencia de intervenciones, incluida la episiotomía.
  • Dar a luz en casa o en un hospital: En este caso, la madre y su asistente o acompañante tienen mayor control durante el nacimiento; además, la futura madre puede sentirse más relajada por el hecho de haber escogido el lugar del parto.

Nutrición

Una alimentación e hidratación adecuadas son fundamentales para la salud y elasticidad de los tejidos de la piel. “Una buena alimentación es vital para la buena preparación de la zona perineal y su dilatación durante el parto. Los cambios hormonales durante el embarazo provocan que los tejidos de la cerviz y el periné queden excesivamente gruesos y elásticos. Para revertir este proceso es crucial una adecuada cantidad de proteínas, vitamina E y ácidos grasos de cadena corta, los cuales constan de dos tipos de grasa ‘buena’: Omega 3 y Omega 6. Los ácidos grasos de cadena corta se encuentran en nueces y semillas, aceites prensados en frío, todo tipo de grano y pescados como el salmón y el atún”. (Nancy Griffin. “Avoiding an Episiotomy”. Mothering Magazine, no. 75, Summer 1995, pág. 60.)

La vitamina E puede ser de mucha ayuda (se recomienda una cantidad de al menos 1000 mg diarios). Entre los alimentos que la contienen se incluyen: el germen de trigo y el aceite del mismo, las semillas de girasol, las almendras, las pacanas, el aceite de cártamo, los cacahuates, el aceite de maíz, el aceite de soya y la langosta.

La vitamina C también es beneficiosa para la salud de los tejidos, el correcto desarrollo celular y la elasticidad y regeneración de la piel.

Bioflavonoides: Son los responsables de que las naranjas sean naranjas; los arándanos, azules; y las cerezas, rojas. Este componente cristalino le da un sabor exquisito y un color brillante a los alimentos. Se conocen más de 4000 tipos de flavonoides; y algunos los llaman “vitamina P”, aunque en realidad no sean vitaminas. El efecto medicinal de muchos alimentos y hierbas se debe a su contenido en flavonoides. Los más conocidos son las PCO (proantocianidinas oligoméricas), la quercetina (antinflamatorio natural), los bioflavonoides cítricos y el polifenol del té verde. Los arándanos, las cerezas, los cítricos, las peras, las uvas, la coliflor, las legumbres, las ciruelas y las cebollas son ejemplos de alimentos ricos en flavonoides.

Posturas durante el parto

Posturas recomendadas:

  • Nacimiento en el agua: El parto en el agua favorece la mecánica del mismo: al flotar, la madre logra una posición cómoda y natural. Puede empujar cuando lo necesite, ya que está relajada y no hay nadie manipulando su vagina. El agua tibia ejerce un efecto calmante y alivia el dolor de la coronación del parto, de esta manera la madre puede dar a luz con más tranquilidad cuando la cabeza del bebé empieza a asomar (¡es sorprendente cómo algunas mujeres pueden llegar a empujar con tal de librarse del dolor durante ese momento!). Se producen muy pocos desgarres en los nacimientos acuáticos.
  • En cuclillas: (Se puede realizar con una barra de parto o directamente en la cama con la ayuda de un asistente.) Esta posición ayuda a reducir los desgarres, acorta la longitud del canal vaginal y aumenta el diámetro del mismo.
  • Yacer del lado izquierdo: Muchas mujeres realizan un mejor trabajo de parto si están tendidas sobre su costado izquierdo, lo que además evita los desgarres.

Las siguientes posiciones y técnicas pueden CAUSAR desgarres:

  • Cualquier posición en que la madre esté acostada, incluida la semisentada.
  • Piernas ampliamente flexionadas, en posición de litotomía o cualquier posición de espaldas.
  • Empujar de manera mecánica, es decir, obligar a la madre a empujar cuando no es necesario. En los partos de EE.UU, se recomienda EMPUJAR CON FUERZA hasta lograr la coronación completa, y luego se le indica a la madre que puede disminuir esa fuerza, pero ya es DEMASIADO TARDE.
  • Sacar apresuradamente la espalda del bebé. Muy común en EE.UU.

Saber empujar durante el parto

Evite empujar innecesariamente. Este acto está propiciado por el personal de salud que es demasiado impaciente. éste induce a la madre a empujar antes de que ella sienta la necesidad real de hacerlo o antes de que la cabeza del bebé haya descendido a una distancia razonable y esté correctamente orientada para el nacimiento. Lo mejor es evitar la precipitación.

El verdadero impulso de empujar se siente cuando la cabeza del bebé ejerce presión contra los nervios del suelo pélvico. En la mayoría de los casos esto es indicio de que la cabeza está en posición ideal de alumbramiento. La madre sabe cuándo llega este momento y cómo se hace, y empuja al bebé hasta que sale. Si los esfuerzos instintivos de la madre por empujar al bebé causan la salida de éste, no tiene sentido utilizar otros medios.

Se debe ser cuidadoso con la maniobra de Valsalva. Durante este procedimiento se insta a la madre a retener el aliento y a usar todos los músculos de su cuerpo; con frecuencia da buenos resultados, pero también puede impedir el retorno venoso y causar hinchazón.

Cuando la cabeza del bebé ya pasa por la pelvis y el periné empieza a dilatarse, la mujer debe dejar de empujar. En este momento son solamente los finos tejidos del periné los que sostienen al bebé. Aquí se debe proteger el periné de la mujer con las cuidadosas maniobras manuales de una matrona experimentada, de lo contrario podría producirse un desgarre a causa de la ignorancia o impaciencia por ver al bebé nacer cuanto antes.

La matrona ideal mantiene una buena relación con la mujer que está dando a luz. A través de sus palabras y del tono de voz, la matrona transmite a la mujer cuándo hay que detener el empuje, y pasar a simplemente acompañar el proceso de dar a luz con su respiración; es decir, evitar los esfuerzos voluntarios de empuje en el útero. “Existe un momento exclusivo para empujar, y otro, para respirar”. Prolongar innecesariamente la fase de empuje puede contribuir al desgarre, mientras que prolongar el último empuje probablemente puede reducir los desgarres en lugar de causarlos.

“Si la cabeza de su bebé ya no vuelve a meterse para adentro después de una contracción, significa que su hijo está a punto de nacer. A estas alturas, no empujar puede permitir estirar el periné sin problemas de desgarre. Podrá sentir presión, calor o ardor, pero no se preocupe, porque esto pasará pronto”.

Para ayudar a las mujeres en la segunda fase del nacimiento a que no sigan empujando, momento en que los profesionales intentan una reanimación intrauterina (o esperan al doctor especialista), es mejor no limitarse a decir: “deje de empujar”. La alternativa es mecer sus caderas de un lado a otro y decirle: “meza a su bebé”. El movimiento de las caderas mantiene los músculos abdominales relajados de modo que se evita la disposición al empuje, que llevado a cabo innecesariamente podría provocar un desgarre.

Siempre, es mucho mejor decir amablemente: “meza a su bebe”, que ordenar: “¡No empuje, no empuje!”. El objetivo es que la cabeza del niño corone LENTAMENTE y adaptar los tejidos al bebé que está naciendo. Es importante deslizar los hombros del bebé de manera suave, con los brazos pegados al pecho.

Prevención: ejercicios y salud de los tejidos

Una buena base de ejercicios prenatales es muy útil, pues son beneficiosos para la circulación porque mantienen flexibles los tejidos.

Los ejercicios de Kegel se diseñaron para mantener con salud el tejido, así como su elasticidad, mientras ayudan a fortalecer la base pélvica. El nombre proviene del doctor Kegel, que descubrió los ejercicios. A través de éstos se entrenan los músculos que están adheridos a los huesos pélvicos para que actúen a modo de hamaca y sostengan los órganos de la pelvis. Para ejercitar y aislar esta zona, se deben comprimir los músculos de la región genital; puede ser útil contraerlos como si se tratara de aguantar las ganas de orinar. Una vez localizados los músculos, simplemente se deben contraer y relajar una y otra vez, unas 200 veces al día. éste es un ejercicio de Kegel básico, pero existen muchas variaciones: el Kegel de ascensor (la mujer contrae los músculos de forma lenta e intermitente, como si fuera un ascensor que se detiene en varios pisos), contracciones musculares de unos cinco segundos, contraer los músculos de delante hacia atrás y relajarlos de atrás hacia delante, además de muchas otras variaciones.

La actividad sexual, especialmente el orgasmo, ayuda a aumentar el flujo de sangre en la zona, manteniendo la salud y habilidad elástica de los tejidos.

Masaje perineal

En un estudio, los investigadores pidieron a un grupo de mujeres que se masajearan durante todos los días la zona perineal, y descubrieron que un 24% de las madres primerizas no sufrieron desgarres, frente a un 15% de mujeres que no practicaron los masajes y sí los sufrieron. Se piensa que el masaje perineal ayuda tanto física como psicológicamente. La mayoría de mujeres (85%) que hizo el masaje lo recomendaría a otras mujeres embarazadas.

Para realizar el masaje perineal, la mujer o su pareja debe introducir uno o dos dedos en la vagina (aproximadamente, unos 2 o 3 cm). Se aconseja el uso de lubricantes como el aceite de almendra, el gel KY Gelly (base acuosa), aceite de vitamina E, aceite de germen de trigo u otro tipo de lubricante. Se debe estirar suavemente la parte baja de la vagina y el periné durante varios minutos hasta que se sienta un leve ardor o picazón. Concéntrese en la tarea de relajar los tejidos con ayuda del masaje. Luego, debe volver a masajear la parte baja de la vagina con los pulgares varios minutos más, evitando el contacto con el meato urinario. Para complementar la práctica, puede masajear diariamente el periné con aceites, y así evitar la episiotomía.

La respiración durante el parto

Concéntrese en la garganta durante el parto pues ésta posee una conexión con la vagina. A medida que respira profundamente trate de abrir y relajar la garganta. Mientras esto sucede, visualice todo el oxígeno que penetra en las células de las paredes vaginales, nutriéndolas de oxígeno para hacerlas más elásticas y favorecer su dilatación.

Apoyo perineal, uso de aceites y compresas durante el parto

El aceite de oliva y el aceite mineral lubrican el periné y facilitan el masaje sin dañar o irritar la piel. Hable mientras aplica el aceite, por ejemplo: “Voy a poner un poco de aceite aquí para facilitar la salida del bebé”. De esta forma, la mujer logra relajarse y adquirir mayor confianza para el momento del parto.

La utilización de compresas tibias sobre el periné ayuda a relajar los tejidos además de provocar una reconfortante sensación. No se deben utilizar compresas calientes ya que las temperaturas altas aumentan el flujo sanguíneo y provocan hinchazón.

La aplicación de aceite de ricino en el periné ayuda a aliviar el dolor prenatal que se experimenta en la región perineal. También flexibiliza los tejidos para prevenir el desgarre en el momento de dar a luz. El aceite de ricino posee propiedades curativas y reconstituyentes; su uso produce alivio gracias al calor que genera, a la vez que aumenta el flujo sanguíneo hacia la zona; calma el dolor; mejora la circulación, y alivia la congestión de las venas. Debe aplicarse aceite de ricino directamente, empapando un trapo o toallita suave con el aceite. Exprima la toallita y colóquela justo en el periné. Luego cúbralo con algo resistente al agua y presione el área con algo caliente (puede ser un aparato eléctrico o electromagnético, una bolsa de agua… Lo que sea). Es importante que cubra las compresas porque el aceite de ricino mancha y además así evitará descargas eléctricas en caso de usar algún aparato. Deje que el calor actúe el mayor tiempo posible, al menos 30 minutos. Puede repetir la práctica cuantas veces quiera, la ayudará a sentirse mejor.

Evite las siguientes prácticas

  • Exámenes vaginales múltiples que irritan los tejidos.
  • LAS SOLUCIONES DE YODO SON IRRITANTES Y PUEDEN DAñAR LA ZONA. ¡Deshágase del Betadine!